El brunch es una unión entre el desayuno y la comida y es perfecto para ocasiones especiales o fines de semana. Los británicos fueron los pioneros en el brunch y es que la palabra de procedencia inglesa es la unión de breakfast, desayuno y lunch, comida. Este maravilloso invento culinario conforma dulce y salado y es imposible quedarse con hambre después de uno.
Pero ¿qué es lo que no puede faltar en un buen brunch?
- La fruta y las mermeladas son un «must» y puedes servirlas en brochetas o, ¿por qué no?, en una macedonia.
- El pan es otro de los protagonistas; ya sea blanco o integral, es necesario para tostadas o pequeños sandwiches. La opción más sana y saludable es sin duda el pan de masa madre, elaborado tradicionalmente.
- Para beber los zumos, como el zumo de naranja o el zumo de granada, son indispensables. Al igual que las infusiones, el café y dependiendo de la hora a la que decidamos hacer nuestro brunch; cerveza, vino o incluso refrescos. Todo depende de lo que estés comiendo en el momento y con qué quieras acompañarlo.
- Los lácteos son también necesarios en el brunch, y no solo la leche para acompañar el café, sino todas sus variantes, como yogures, batidos e incluso queso.
- Si el dulce es lo que os apasiona, la bollería es imprescindible y es que las magdalenas, croissants, brioches, napolitanas e incluso tortitas, hacen las delicias de cualquier goloso, ¿verdad?
- Si por el contrario sois más de salado, los embutidos variados y panecillos son ideales para el picoteo.
- Pero si hay algo que no puede faltar en cualquier brunch, son los huevos Benedictine, unos huevos escalfados que coronan la mitad de un muffin cubierto por jamón cocido, beicon o pastrami y decorado finalmente con salsa holandesa por encima. Estos pueden ir acompañados de una ligera ensalada o lo que más os apetezca.
Ahora que tenéis todos los ingredientes y sabéis cómo presentarlos, os invitamos a elaborar vuestro propio brunch. Cheers!