Un día las vacaciones se acabarán y tú volverás a casa con pocas ganas de retomar tu vida. Al menos que tengas algo que llevarte a la boca cuando llegues para coger fuerzas.
Un bote de bonito del norte te soluciona cualquier problema.
Y un atún en escabeche ni te cuento.
A lo mejor prefieres un bocata de sardinillas o de bonito.
O unos arlequinitos.
¿Qué tal unos puerros con vinagreta y ajitos por encima?