Santa Rita, Rita, que no me falte la conservita.
Tü sabes que si dejas una lechuga la dejas en el frigorífico dos semanas y, la próxima vez que la veas, te mirará mustia desde el estante. No puedes confiar en una lechuga para tener siempre algo que comer en casa. Para eso, mejor hablemos de conservas.
Conservas de verduras ñam, ñam.
Tú no vas a hacer la compra todos los días como hacía tu madre en casa. Ni falta que hace. La Rioja en tu mesa tiene unas verduras maravillosas. Abrir, calentar, servir, comer. Cuatro pasos.
Conservas de pescado mmmmmmmmmmm.
No todo el mundo sabe hacer unas anchoas en salmuera como Dios manda, no señor. Las de Anchoas y Salazones Matías López no están buenas, están buenísimas. Yo aún diría más: están buenísimas.
Hazte con provisiones que comes todos los días y la depresión post-vacacional es demasiado dura como para ponerte a cocinar.
🙂